viernes, 3 de julio de 2020

El orden trae paz



Cuantos hemos habitado en el desorden por un tiempo, y con los días terminamos acostumbrándonos a el, al punto que lo percibimos como una forma de vida, que se nos hace hasta normal, se convierte en un circulo vicioso del que no sabemos como salir.

Les voy a contar algo que me paso en esta época de pandemia. Yo Resido en Panamá desde hace 4 años, y en ese tiempo me he mudado dos veces, lo cual es una hazaña porque he conocido paisanos que se mudan una vez al año, pero bueno ese no es el caso. Resulta que donde vivía fue un lugar que se me presentó como una oportunidad en el momento que más lo necesitaba mi familia, pero con el tiempo se nos hizo muy incómodo porque eran dos habitaciones para 3 personas con 2 perritas, llegó un momento en que ni nosotras cabíamos, nos sentíamos hacinadas, y mi hija adolescente reclamaba su espacio, yo me maquillaba a oscuras para ir al trabajo, porque si prendía la luz la despertaba.  

Pero por razones económicas pensar en mudarme a otro lugar mas cómodo era una travesía difícil de cruzar, con un solo sueldo en casa que alcanzaba para pagar nada más,  y para amenizar en medio del colapso ese sueldo desaparece por que decidieron despedirme, así que tocaba postergar y postergar. 
Un día de caos rutinario se me presenta la oportunidad de empezar a ver lugares donde mudarme con mi familia, dos opciones me gustaban pero ninguna de ellas me aceptó la propuesta, así que decidí confiar y esperar que llegara ese lugar que se ajustara a mi presupuesto y necesidades. 

Un día de marzo anuncian la llegada del Covid19 al país, y dos días después consigo un apartamento por un precio inferior a los anteriores y mas grande, no les puedo explicar mi emoción, logré firmar el contrato en tiempo récord, se le harían unos arreglos al apartamento para que estuviera acto para la mudanza que sería la semana siguiente a la firma, mientras llegaba el día empezamos a recoger todo, armar cajas, meter ropa en maletas, a dejar a fuera solo lo necesario. Pero una tarde de la misma semana del mes de marzo anunciaron la cuarentena en Panamá, y como acto seguido me prohibieron mudarme hasta nuevo aviso. y fue así que paso marzo, abril, mayo, junio.....y todo este tiempo conviviendo entre cajas, maletas, desorden, inestabilidad, incertidumbre.....cada día se me hacia eterno, recuerdo que solo deje afuera un pantalón, dos camisas, dos pijamas, unos zapatos, y las cosas del baño, estuve viviendo 4 meses solo con eso, porque me resistía a tener que sacar todo de nuevo, para volver a empacar en cualquier momento. 
Antes que terminara junio me dan la noticia de que ya puedo mudarme, y cuando voy a recibir el apartamento resulta que no tenía luz, y de nuevo una semana mas de espera para que reconectaran el servicio en plena pandemia, debo confesar que por un momento pensé que era víctima de una parodia, de un mercurio retrógrado o de una especie de experimento para ver hasta donde iba a llegar mi paciencia y fe.

Cuando llegó el día de la mudanza, vi como salían las cajas, las maletas y los muebles hacia el camión, mi pequeño caos de 4 meses se movía de lugar, rumbo hacia el nuevo hogar. Todos con mascarillas, guantes, geles alcoholados, y el corazón lleno de sentimientos nuevos y encontrados, veía como mi vida entera iba en 4 ruedas después de esperar tantas semanas.

Después que cerré la puerta del apartamento nuevo ya con todo dentro, mire alrededor para observar el desorden, suspire y fue el momento de sacar todas las fuerzas disponibles y no disponibles,  para empezar a condicionar todo en el nuevo lugar. No sabía donde estaba nada, mientras buscaba el cepillo de dientes me encontré el cargador del celular, cuando buscaba el celular encontraba el secador de pelo, cuando buscaba una pijama conseguía el control del televisor, en fin fueron 3 días de desorden, de no saber donde estaba ni lo mas básico de mi existencia. 
5 días después de mi entrada en el apartamento me estaba bañando, y cuando salí de la ducha tuve un momento de paz increíble, fui consciente de mi presente, mis ojos empezaron a ver el orden del baño, todo ubicado perfectamente en donde debe ir, luego fui a mi habitación y tuve el mismo sentimiento al ver cada cosa en su lugar, la escena me hizo experimentar una sensación de orden que me impregno de un sentimiento revelador, en ese instante comprendí que muchas veces nuestra vida se parece a una mudanza, vamos por ella guardando en cajas y en maletas eventos y hechos que nos van ocurriendo, y pasa el tiempo pero no nos ocupamos de sacarlos y de ponerlos en su lugar. Y es así como nuestras emociones se van volviendo un caos constante, perdemos la noción de donde están las causas de nuestras reacciones, perdemos el hilo de nuestro trabajo interior, si fue que alguna vez empezó, dejamos mal ubicadas algunas relaciones que debimos dejar a un lado, se nos olvido hacer limpieza de esas cosas que ya no utilizamos, pero por apego las guardamos también, y lo que es peor nos acostumbramos a vivir entre las cajas de nuestras miserias emocionales.
Cuando sentimos la necesidad de cambiar, porque nos sentimos abrumados y pocos felices, puede que nos movamos pero llevamos con nosotros todas esas cajitas cerradas tan solo moviendo el caos, pero no deshaciéndonos de el. 

Pero cuando reconoces que dentro de ti hay fuerza y decisión, es cuando se toma la acción de empezar a romper y a desocupar las cajas y maletas de todo el peso que has ido acumulando, y aunque en ese preciso momento el desorden y el caos aumente, tu actitud ante el evento es diferente por que lo decidiste, es entonces cuando empezamos a ubicar las cositas y a trabajarlas en los nuevos lugares que van a ocupar, a desechar algunas, ha reinventar otras, de pronto algunos objetos toman mas importancia porque te das cuenta que tienen una belleza que antes desconocías, y es en ese momento que empiezas a sentir la paz de lo nuevo, aunque viviste un caos para parirlo.  
Hay agotamiento SI!! porque el trabajo fue duro, ha sido muy duro!! pero se disfruta el proceso de poner ese orden, porque además lo hiciste tu, nadie mas lo hizo por ti.  Mientras tomabas cada cosa y le asignabas ese espacio según el nuevo valor, solo conversabas contigo, fue la mejor terapia de sanidad que te regaló la paz anhelada, y es un maravilloso sentimiento, tan mágico que no quieres volver acumular nada más, ahora sabes que es hora de rompen las cajas vacías y llevarlas a reciclar para que sean usadas en otras misiones, decides cerrar las maletas pero ya desocupadas, y guardarlas en un lugar poco accesible, mientras te haces un buen café en tu nuevo hogar y disfrutas del nuevo ambiente en el que se convirtió tu vida. 
Vida nueva que creaste desde el momento que cerraste la puerta, enfrentaste tu caos interno sin miedo y dijiste manos a la obra!!!.

MAGABY7